Los mejores pulsómetros resistentes al agua del 2025

Para quienes buscan llevar un control sencillo pero completo de su actividad diaria, la pulsera inteligente Cloudpoem en morado puede ser justo lo que hace falta. Ya sea para alguien que hace deporte de vez en cuando o para quien quiere estar más pendiente de su salud, esta smartband se ve bastante versátil y cómoda gracias a sus dimensiones (0 cms de alto x 15.24 cms de largo x 7.62 cms de ancho) y su diseño moderno que no desentona en cualquier situación, ni en el gym ni en la calle.

Lo que me parece práctico es esa batería que aguanta hasta 5 días sin cargar, lo que evita tener que estar pendiente del cargador a todas horas. Además, su resistencia al agua la hace ideal para no preocuparse si te pillan en un chaparrón o sudas mucho entrenando. Con monitor de pulso y seguimiento de pasos, se nota que está pensada para adaptarse tanto al día a día como a entrenos más intensos. Tiene una garantía de 2 años, así que da cierta seguridad para animarse a probarla sin miedo. No es un reloj de lujo, pero cumple bien para el uso diario.

Si te gusta controlar tu ritmo cardíaco con precisión durante el ejercicio, el pulsómetro de pecho moofit HR6 puede ser justo lo que necesitas. Es ideal para quienes hacen ciclismo, correr o entrenamientos en el gimnasio y quieren datos fiables en tiempo real sin preocuparse por las clásicas imprecisiones de los medidores ópticos en la muñeca. Además, la correa ajustable y ligera hace que apenas notes que lo llevas puesto, lo que es clave para no perder concentración.

Una de las cosas que me parece más útil es su conexión dual vía Bluetooth y ANT+, que asegura compatibilidad con muchas apps y máquinas de fitness. Eso junto con su resistencia al sudor y al agua (IP67) es un puntazo porque no tienes que andar quitándolo cada poco. La batería dura casi un año y se puede cambiar fácilmente, lo que da ese plus de comodidad. Para alguien que busca algo fiable y discreto sin complicarse mucho, está bastante bien pensado.

El Polar H9 es para quien quiere controlar bien la frecuencia cardíaca sin complicarse la vida, ya sea en el gimnasio, corriendo o incluso en clases al aire libre. Lo chulo es que se lleva bien con un montón de dispositivos gracias a su conectividad Ant+ y Bluetooth, así puedes enlazarlo con apps de móvil o con relojes deportivos, como Polar o Garmin. Eso lo hace súper cómodo para usarlo donde quieras sin tener que cambiar de aparato. Lo que me parece fiable es que viene con un elástico resistente y está bien pensado para que no moleste mientras haces ejercicio. Además, aguanta el agua, así que no hay lío si sudas mucho o te pilla lluvia. Sus dimensiones (2.54 cms de alto x 5.08 cms de largo x 0 cms de ancho) lo hacen ligero y discreto, ideal para llevar puesto todo el rato. Con la garantía de dos años del fabricante, da bastante confianza. En resumen, parece un sensor útil y sencillo para quien se toma en serio controlar el ritmo cardíaco sin complicaciones.