Los mejores pulsómetros Polar del 2025

El Polar H9 es para quien quiere controlar bien la frecuencia cardíaca sin complicarse la vida, ya sea en el gimnasio, corriendo o incluso en clases al aire libre. Lo chulo es que se lleva bien con un montón de dispositivos gracias a su conectividad Ant+ y Bluetooth , así puedes enlazarlo con apps de móvil o con relojes deportivos, como Polar o Garmin. Eso lo hace súper cómodo para usarlo donde quieras sin tener que cambiar de aparato. Lo que me parece fiable es que viene con un elástico resistente y está bien pensado para que no moleste mientras haces ejercicio. Además, aguanta el agua, así que no hay lío si sudas mucho o te pilla lluvia. Sus dimensiones ( 2.54 cms de alto x 5.08 cms de largo x 0 cms de ancho ) lo hacen ligero y discreto, ideal para llevar puesto todo el rato. Con la garantía de dos años del fabricante , da bastante confianza. En resumen, parece un sensor útil y sencillo para quien se toma en serio controlar el ritmo cardíaco sin complicaciones.

Este Polar Verity Sense es un sensor para la frecuencia cardíaca perfecto si sueles entrenar sin reloj o con apps como Peloton o Zwift. Además, si te gusta nadar, tiene un clip para colocarlo en las gafas y mide ritmo, distancia y pulso de forma muy cómoda, sin tener que preocuparte por la muñeca. Lo bueno es que se conecta por Bluetooth y ANT+ a la vez, así puedes enlazarlo a dos dispositivos si quieres, por ejemplo, la bici y el móvil al mismo tiempo. Lo que mola es lo sencillo que resulta usarlo: un solo botón para encender y listo, sin líos. El diseño gris discreto y compacto ( 10.16 cms de alto x 7.62 cms de largo x 2.54 cms de ancho ) da sensación de robustez, y el peso 0 kg (es súper ligero) ayuda a que apenas notes que lo llevas. Si no quieres complicarte pero tampoco renunciar a datos fiables, parece una opción bastante práctica y duradera, sobre todo con dos años de garantía .

Para quienes llevan en serio el control del pulso durante el ejercicio, este elástico de Polar en Red Beat puede venir muy bien. Está pensado para usarse con cualquier sensor de frecuencia cardíaca de la marca, así que si ya tienes uno o piensas pillar un sensor de Polar , la compatibilidad no es un problema. Lo bueno es que su tejido suave y los puntos de silicona hacen que el cinturón no se mueva ni con entrenos cañeros, lo que evita distracciones. Otra cosa interesante son los electrodos que llevan incorporados, porque captan las señales del corazón sin interferencias raras. Eso se traduce en datos más fiables para saber realmente cómo estás durante la actividad. No es que te lo pongan delante de los ojos todo el tiempo, pero tener resultados precisos sin que se te deslice el sensor ya es un puntazo. Si buscas algo sencillo que aguante el ritmo, parece un acierto sin complicaciones.