Las mejores bicicletas Downhill del 2025

Los puños antideslizantes de LYCAON son ideales para quienes disfrutan de rutas largas en bici de montaña o para moverse por la ciudad con algo más de comodidad. Su diseño ergonómico y la goma TPR antideslizante prometen un buen agarre incluso cuando sudas o se moja el manillar, así que van perfectos para evitar esos deslizamientos inoportunos que fastidian cualquier trayecto. Además, el diámetro de entre 20 y 22 mm los hace compatibles con la mayoría de manillares estándar, lo que facilita bastante la instalación. Un detalle que me llama la atención es la almohadilla para la palma, que ayuda a amortiguar las vibraciones y golpes del terreno irregular. Eso puede marcar bastante la diferencia si ruedas por caminos pedregosos o con muchos baches y quieres evitar que las manos te acaben cansadas o entumecidas. Por cierto, van en Negro , un clásico que no pasa de moda y suelen venir con garantía de 15 months , lo que da un plus de tranquilidad. Si buscas algo cómodo y práctico para tus salidas, pintan bastante bien.

Este par de empuñaduras de Aluscota es perfecto para quien monta en MTB, BMX o scooter y busca algo cómodo para largas sesiones. El material antideslizante de TPE no solo mejora el agarre sino que también ayuda a absorber impactos y evitar la fatiga en las manos, algo que se agradece si sueles darle caña en bajadas o trucos urbanos. Además, su tamaño estándar de 145 mm encaja sin problema en manillares de 22,2 mm, típicos en estas bicis y patinetes. Montarlas es bastante sencillo y rápido; con un poco de detergente y alcohol se ajustan firmes en nada, sin tener que usar pegamento, lo que es un buen detalle para evitar líos. Y el acabado Arco iris le da un toque original que cambia el rollo visual sin ser demasiado cantoso. En definitiva, parece una opción práctica y elegante para mejorar el control sin complicaciones.

Si sueles salir a pedalear por montaña o te gusta darle caña en la bici de carretera, la potencia CYSKY de B- Negro + Naranja puede venirte bien. Es un vástago corto de 35 mm pensado para manillares de 31.8 mm, así que mejora el control sin alargar demasiado la bici, perfecto si la buscas más ágil en senderos o downhill. Además, al ser ultra-ligero pesa solo 125 g , lo que ayuda a no añadir peso extra y que la bici se sienta más manejable. Lo que mola es que está fabricado en aleación de aluminio 6061 T6, pulido con CNC, así que parece que la durabilidad y resistencia están aseguradas. También la instalación es sencilla; con los tornillos adecuados lo colocas en un momento. Tampoco pasa desapercibido el toque de diseño, que da un punto fresco sin ser exagerado. Si estás buscando cambiar tu potencia por algo fiable y ligero, esta es una opción que tiene pinta de cumplir sin complicaciones.